Respuesta:
El pintor postimpresionista, tomando como referencia los encuadres y escorzos de las bailarinas de Degas y las figuras de la estampa japonesa, ideó un estilo gráfico innovador y reconocible.
Desde su primer cartel, Moulin Rouge: La Goulue, podemos observar como Lautrec conoce y domina las leyes de la percepción visual. Entiende cómo funciona nuestra vista y nuestro cerebro y, con ello, proyecta un mensaje directo y fácil de comprender.
Su propósito fue eliminar todas las «distracciones» que se encuentran en una pintura convencional y mantener sólo los elementos imprescindibles para comunicar. Prueba de ello es la paleta de color tan reducida que utiliza, o el fondo plano sobre el que coloca parte del mensaje escrito. Aún así, dota de profundidad a la escena mediante la división de la imagen en planos y el empleo de un suelo en perspectiva, lo que aumenta su atractivo de forma considerable.
En un momento en el que arte y diseño comenzaron a separar sus caminos, Lautrec, sin ser consciente (aún firmaba sus carteles), fue clave al asentar las bases del diseño gráfico impreso: síntesis, orden y jerarquía.
Gracias a él, entre otros, comienza una intensa producción de carteles que revolucionaron la forma de comunicar.