La expansión Imperialista de Europa en la segunda mitad del siglo XIX, está estrechamente ligada con la Revolución Industrial y el desarrollo del gran capitalismo. Entre las finalidades de esta expansión imperialista se pueden citar: I. La protección de la población en los territorios menos desarrollados. II. La apertura de territorios no sólo a las mercancías, sino también al capital y a los ahorros de los países europeos. III. El establecimiento de esferas de influencias políticas en Africa, Asia y Oceanía a favor de Europa.