El soldado echó sal en la olla y volvio a probar el y -Está exquisito -dijo, pasándose la lengua por los labios. -Si se le agregara un pundu de arroz... La anciana sacó de la despensa una bolsa repleta de arroz. -Toma, échale lo que haga falta. El soldado revolvió el guiso largo rato y luego lo probó otra vez La mujer lo observaba, incapaz de apartar sus ojos de allí. -Este guiso está muy bueno -comentó el hombre -pero unas cebollas no le vendrían nada mal. La anciana sacó de un barril unas cuantas cebollas y se las entregó. El soldado las puso en la olla y esperó nuevamente a que hirviera. -¡Qué bien huele! -exclamaba mientras revolvía; -si se le agregara un poco de carne quedaría para chuparse los dedos. La anciana trajo la carne y el soldado la puso en la olla. Finalmente, el guiso estuvo listo. El hombre levantó la tapa y un riquísimo aroma salió de la olla. -¡Vamos buena mujer, toma la cuchara!-, le dijo y empezaron a comer el guiso, haciendo alabanzas de su buen sabor. -Nunca creí que de un hacha pudiera hacerse una comida tan sabrosa -decía, asombrada, la anciana, mientras el soldado comía a boca llena, riéndose para sus adentros. 3-Luego de leer todo el cuento, resolve las consignas: a) ¿Por qué este cuento sería un cuento popular? b) ¿Dónde y cuándo ocurre la historia? ¿Cómo es el lugar? c) ¿Quiénes son los protagonistas de la historia? ¿Cómo son ellos? d) ¿Cuál es el problema del soldado? e) ¿Por qué la anciana no lo ayuda? f) ¿Cómo lo resuelve entonces? g) Ordená las acciones del cuento de principio a fin colocando un número en la primera columna:​