Yo iba mirando a los cerrados balcones saludando con la imaginación a todos aquellos seres desconocidos que dejaba detrás de mí y que suponía entregados al sueño o bien pensaba en que seguirían viviendo allí rutinariamente más o menos años sin noticia alguna de que yo había pasado una mañana por delante de sus viviendas hasta que la muerte los obligase a viajar también a ellos de quienes al cabo de cierto tiempo tampoco tendrían noticia o memoria los nuevos habitadores de sus hogares... con las comas