Respuesta :
Respuesta:Un dÃa, un gran dinosaurio que vivÃa en el bosque, llegó hasta el estanque. TenÃa tanta sed que comenzó a beber el agua del estanque, tanta bebió que acabó con la mitad del agua.
Los peces, preocupados por que el dinosaurio pudiera volver al dÃa siguiente y terminar de beberse el agua del estanque fueron a ver al rey en busca de ayuda. Sin embargo, el pez rey no encontraba la solución. Entonces, el pequeño pez, hijo del rey, dijo:
- Oh padre, tengo una idea. Voy a derrotar al dinosaurio.
Al dÃa siguiente, el dinosaurio volvió al estanque dispuesto a beber de su fresca y rica agua, pero entonces apareció el pequeño pez, que muy valiente y decidido se plantó delante de él y le dijo:
- Estimado amigo Dino, por favor, no bebas el agua de este estanque.
El dinosaurio, comenzó a reÃr a carcajadas y le dijo que no se irÃa hasta terminar con toda el agua. Pero el pececillo siguió y siguió insistiendo, tanto lo hizo que al final el dinosaurio le propuso un trato:
- Vamos a hacer una carrera desde esta orilla al otro extremo del estanque. Si gano yo, beberé toda el agua que quiera, si ganas tu, me marcharé y no volveré.
El pez aceptó el desafÃo y comenzó la carrera. El dinosaurio no tenÃa dudas de ganar porque era muy grande y con sólo unas zancadas llegarÃa al otro extremo. Pero al comenzar la carrera, el pez nadó tan rápido como pudo. El dinosaurio, sin embargo, era tan pesado, y lento dentro del agua, que por mucho que intentó avanzar, iba más lento que el pez, que finalmente ganó la carrera.
Asà el dinosaurio tuvo que darse la vuelta derrotado ante su pequeño contrincante y buscar otro estanque.
Moraleja: hay una solución para cada problema, uno nunca debe darse por vencido.
Explicación: