RESPUESTEA:
se usa para expresar, con frecuente matiz irónico, que no debe uno desesperar (ser presa de la desesperación) cuando sufre inevitablemente una circunstancia enojosa, pues lo lógico es que esa circunstancia acabe desapareciendo, o así se lo parece a uno: que lo más probable es que esa circunstancia desaparezca en el futuro (en un futuro más o menos lejano).